página principal
Gonzalo Correas, Vocabulario de refranes
A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V Y Z
A AB AC AD AF AG AH AI AJ AL AM AN AP AQ AR AS AT AU AV AX AY AZ
AY AY AY! AYY AYE AYU
Términos seleccionados: 60 Página 1 de 3

1. ―¡Ay!, ¿qué tenéis, amor? ―Mal de corazón ―¿Quién os le causó? ―El de lo verde
Ort. or. -¡Ai! ―¿Ké tenéis, amor? ―Mal de korazón. ―¿Kién os lo kausó? ―El de lo verde; o La de lo azul.
U otra cualquiera color quiera decir. Dícese en juego de conversación.
Sinónimo(s): ―¡Ay!, ¿qué tenéis, amor? ―¡Mal de corazón! ―¿Quién os le causó? ―La de lo azul.
2. ¡Ay! ¿Por quién? ―No por vos, ni por nadie, sino por mi corazón que descanse
Ort. or.
3. ¡Ay, abuelo!, sembrasteis alazor y naciónos anapelo
Ort. or. ¡Ai, aguelo, senbrastes alazor i naziónos anapelo!
4. ¡Ay, ay, ay, que se me cuelga y no se me cai!
Por cae.
5. ¡Ay, ay, ay! ―¿Qué has? ―Rompo lo que tengo y no me dan más
Ort. or.
6. ¡Ay, ay, ay!, que me quejo y no tengo mal
Ort. or.
7. ¡Ay, ay, dedo!, en casa estoy y en la calle hiedo
Ort. or.
8. ¡Ay, ay, qué me he hallado por andar abajado!
Ort. or.
9. ¡Ay, barriga, para qué comiste tanta cocina!; yendo mi padre y mi madre a la posada, no había querido comer, y henchirla toda
Ort. or.
10. ¡Ay, caderas hartas de parir, y ninguna de mi marido mal logrado!
Ort. or.
11. ¡Ay, cuitada de mí, que aquí lo puse y no lo hallo!
Ort. or.
12. ¡Ay, dedo, dedo!, en casa estoy y en la calle hiedo
Dícese contra los que se enfadan sin causa, y de los quejillosos de poco.
13. ¡Ay, Dios mío!, y de los otros tío
Ort. or.
14. ¡Ay, dormir, cómo sabes! No plega a Dios te me acabes!
Ort. or.
15. ¡Ay, dormir de los cielos, más sabes que buñuelos, y que caldo de aves; no plega a Dios te me acabes!
Ort. or.
16. ¡Ay, fortuna, y cómo me sigues, y cómo no viene mi Alonso Rodríguez!
Ort. or.
17. ¡Ay, grillo, grillo, y en qué aprieto estás metido!
Llamábase uno Grillo, y jactábase de grande adivinador, siendo ignorante; para tentarle, un caballero puso la mano en el suelo sobre un grillo, animalejo, y preguntó: ¿Adivina lo que está aquí? El hombre llamado Grillo, dijo para sí: ¡Ay, Grillo, y en que confusión estás metido! Entendió el caballero que lo decía por el grillo que estaba debajo de la mano, como que lo había adivinado, y quedó con mayor opinión de adivinador, por caso fortuíto, como en las demás adivinaciones suyas.
18. ¡Ay, harto hay!; mas está mal repartido
Cuando alguno se queja y dice ¡ay!, el que lo oye añade lo demás, torciendo el sentido.
19. ¡Ay, horas tristes, cuán diferentes sois de lo que fuistes!
Ort. or.
20. ¡Ay, huevo, huevo, blanco eres, mas si quizás eres negro!
Ort. or.
< página principal Acerca de | Secciones | Top 10 | Licencia | Contacto | Acceso Licencia de Creative Commons
© 2008 Fernando Martínez de Carnero XHTML | CSS Powered by Glossword