Expresa lo poco recomendable que es la falta de carnes en cualquiera de los tres seres citados.

Expresa que cuando se tiene una preocupación, no se hacen bien las cosas.

Denota que la mujer necesita el matrimonio, como el árbol el riego, para dar fruto.

Moteja a los que sólo dan las cosas que no pueden aprovechar o no les sirven para nada.

Refiérese al estrago que causan ambos donde se presentan: el uno por el mucho regalo que exigía, por estar a ello acostumbrado, y el otro porque es sabido que destroza los sembrados. Ambos tienen fama de ser muy comilones.

También se aplica esto en particular al abad de Bamba. Enseña que cada uno debe vivir y sustentarse de su trabajo.

Indica que desde pequeño es muy astuto y cazador.

El temor de perder las riquezas atesoradas es causa de que el que las posee arrastre una existencia intranquila.

Manifiesta cómo muchas veces ofenden más ciertas palabras por el retintín con que se dicen, que no por la significación que aparentan tener.

Manifiesta que sólo las personas poco sesudas escarmientan cuando sufren las consecuencias que no han sido capaces de prever.

A la persona que se muestra agradecida por un favor recibido, se le hacen con gusto todos los que solicite; no así a las que no saben agradecer, pues una vez hecho el primero, no se le vuelven a hacer más.

Disculpa de los bebedores para no bebería.

Da a entender lo inútil de los recursos con que uno cuenta, si no los tiene a su disposición para echar mano de ellos en ocasión apurada y que no admite dilación.

Se sobrentiende bebería; es decir, de la primera, mucha, y del segundo, con parquedad, y bueno.

Enseña las cualidades que ha de reunir este líquido para que sea potable.

Dicho de los aficionados al vino.