P. cl. capillaDícese de todo aquello que huele mal, aludiendo al buen olor natural que exhalan los venerandos restos de San Diego de Alcalá, existentes hoy en la magistral de dicha ciudad. San Diego era natural de San Juan del Puerto, villa de Andalucía perteneciente al arzobispado de Sevilla; y si se le denomina de Alcalá, es porque allí murió, después de haber vivido trece años en el convento de su Orden, y distinguídose por las muchas obras de caridad y milagros que realizó en aquella localidad.