Ofrecerse repentinamente algunas especies y palabras para proferirlas a propósito de aquello de que se trata o cuestiona.

Entrever las cosas; no verlas muy claras o no comprenderlas bien.

Hacer algo sin exponerse a ningún riesgo. — Presenciar una cosa de gran peligro desde lugar seguro.

Mirar desde un paraje por donde se descubre poco.

Avistarse una persona con otra para manifestarle vivamente su resentimiento o enojo, o bien para reñir con ella. — Contender con otra persona para ver quién puede más, sobresale en algo, etcétera.

Ser una persona del sexo femenino. — Por extensión, pertenecer una persona al estado eclesiástico, en atención a vestir traje talar.

Recomienda que no se acuda a las echadoras de cartas o adivinadoras, pues, sobre sacar el dinero neciamente, preocupa a los crédulos con las tonterías y falsedades que los predicen.

Zahiere alguna acción por excesivamente necia y mentecata.

Expresión cortesana que se usa para significar el agradecimiento por la dádiva o beneficio recibido; así como también por las muestras de afecto y amistad. Úsase asimismo irónicamente para dar a entender a una persona que está equivocada en su juicio; v. gr.: Dice usted que son las tres de la tarde y ya han dado las cinco; viva usted mil años.

Vivir sin preocupación de nada, sin trabajar, comiendo y viviendo a costa de otros.

Dícese de la persona que ha vivido más años que la edad común, aludiendo a este patriarca judío, célebre por su longevidad, pues habiendo nacido en el año 4227 y muerto en el 3308 (antes de Jesucristo), vivió la respetable cantidad de novecientos diez y nueve años.

Frase empleada cuando, habiendo interrumpido el curso de una conversación por alguna digresión, vuelve a tomarse el hilo de ésta. —El origen se remonta a una farsa francesa del siglo XV arreglada por Brueys y Palaprat dos centurias después, titulada L'avocat Patelin, y utilizada posteriormente por D. Ramón de la Cruz en sus sainetes El mercader vendido y El pleito del pastor. Guillermo pleitea contra su pastor, a quien ha sorprendido robándole los carneros; en el momento del juicio reconoce en el abogado del acusado a su vecino Maître Patelin, el cual, pocas horas antes, se le ha llevado unas varas de paño para un vestido, sin pagárselas; al ir a reclamarle el dinero dícenle la esposa y la hija que está sumamente enfermo hace ya tiempo y que aquel día mal pudo salir de casa. Su espanto al verle informando es tal, que a las preguntas del baile contesta haciéndose un embrollo y mezclando el asunto de la tela con el de los carneros, por lo cual, el baile, que está ignorante del hurto del paño, no hace más que recomendarle que vuelva a los carneros, es decir, al asunto que allí los ha llevado.

Dejar el bando o partido que seguía y adoptar el contrario, por tenerle más cuenta.

Responder en los mismos términos al que le dirige a uno burlas, insultos, etc.

No admitirla; rechazarla o devolverla con ademán despreciativo.

Insistir porfiadamente en algún empeño o capricho.