Empléase jocosamente cuando en una reunión de confianza se pretende recabar la atención de los circunstantes, aludiendo al modo de empezar Iriarte su fábula XLIII, intitulada La música de los animales.

Adagio tomado de uno de los preceptos de Pitágoras, con que se advierte que al que está enojado no se le debe dar nueva ocasión y motivo para que se irrite y ensañe más.

Pegar, dar de palos o cualquiera otra clase de golpes.

Frase famosa con que se suele prevenir o amenazar a alguno que no pasará mucho tiempo sin que se corrijan los abusos que se están deplorando.

Reprende a quien antes de tiempo intenta lograr o hacer alguna cosa, no teniendo todavía derecho para ello.

Contra los que dan ya por hecho y conseguido aquello que pretenden, sin tener el principio y los medios adecuados para ello.

Reprende a los que desean con ansia una cosa, sin esperar a que llegue su oportunidad y sazón para conseguirla.

Zahiere a los jóvenes que teniendo poca experiencia de las cosas, quieren echárselas de hombre.

Demuestra que aunque reconoce uno el mal que hace, al propio tiempo se sincera de no abusar de ello.

Manifiesta que no nos dejamos convencer, por más que se empleen la adulación o los mimos y ofertas para conseguirlo.

Hipérbole empleada por los que gustándoles mucho una cosa, sobre todo si es algo de comer, aseguran que la tomarían aunque fuera con la condición asignada.

Manifiesta lo poco que puede hacerse cuando los medios son escasos.

En cuanto a metales, iguales, pero diferentes los metales

Denota que con la ausencia se olvida frecuentemente lo que es amado

Denota que la separación de los que se aman suele traer por consecuencia el no acordarse el uno del otro