101. | Bicho que no come, muere | P. cl. bichoDa a entender que la conservación de la vida orgánica depende de la alimentación. |
102. | Bicho que vuela, a la cazuela | P. cl. bichoAlgunos lo aplican a propósito de que haciendo buen caldo las aves, deben formar parte de las carnes que entran en la composición de todo buen cocido, sin atender a que sean de mejor o de peor calidad, o a que el arte culinario las haya admitido o no en su esfera. Otros (y a este parecer me inclino) lo entienden irónicamente, diciendo que cuando está destapada la comida, van a parar fácilmente a ella, atraídos por el vapor, los insectos volátiles, como moscas, palomillas o mariposas, correderas o cucarachas aladas, etc. |
103. | Bien con bien, que son dos bienes. | |
104. | ¡Bien haya la beoda, que siempre tiene que beba! | P. cl. beodaIndica que el que tiene un vicio no deja de hallar medio de satisfacerlo. |
105. | ¡Bien haya pan que presta y moza que lo come! | P. cl. bienElogia el buen servicio que algunas cosas hacen, y juntamente a la persona en quien recae el provecho. |
106. | ¡Bien haya quien a los suyos se parece! | P. cl. bienDícese de los que ejecutan algunas acciones semejantes a las que harían sus padres o parientes. Algunas veces se toma o emplea en sentido irónico. |
107. | ¡Bien haya quien dijo: vuelta! | P. cl. bienAplícase a todo aquello que se hace o repite de una manera satisfactoria, tal como la vuelta al hogar tras una larga ausencia; la vuelta o devolución de un objeto prestado; la vuelta o repetición de un festejo o diversión, etc. |
108. | ¡Bien hayan mis bienes, que remedian mis males! | P. cl. bienSe consuela alguien, o a alguien, de tener recursos reservados con que poder hacer frente a cualquiera necesidad imprevista. |
109. | Bien liaremos, bien diremos, mal va la barca sin remos | P. cl. barcaRefrán tomado del italiano, que interpreta el Comendador Griego en los siguientes términos: «Llama, según pienso, a los aparejos necesarios para la cosa o el consejo, los remos». |
110. | Bien muy querido, pronto es perdido | P. cl. bienDemuestra que aquello que más nos ilusiona es, por regla general, lo que antes nos suele faltar. |
111. | Bien o mal, casado me han | P. cl. casarseDícese del que consigue algo, sin importarle para nada los medios empleados. Véase: |
112. | Bien predica quien bien vive | P. cl. bienNo es de extrañar que el que no padece necesidades hable bien de la vida, aconsejando a los demás que no se desesperen por los contratiempos que puedan sufrir en ella. |
113. | Bien sabe buen bocado, si no cuesta caro | P. cl. bocadoDa a entender que muchos de los beneficios que recibimos requieren una correspondencia tan excesiva, que llega a pesarnos el haberlos alcanzado. |
114. | Bien sabe el asno en cuya casa, o cara, rebuzna | P. cl. asnoLa demasiada familiaridad o la tolerancia excesiva suelen dar motivo a llanezas o a excesos inconvenientes. |
115. | Bien se conoce de qué aljaba salen las flechas | P. cl. aljabaConocer de donde viene el tiro |
116. | Bien se conoce que no tiene abuela | P. cl. abuelaCensúrase al que se alaba a sí propio de una manera exagerada. Sinónimo(s): Hace tiempo que se le murió su abuela |
117. | Bien sería, pero no es necesario | P. cl. bienManera de eludir o no aceptar alguna proposición u oferta. — Es frase tomada literalmente del Catecismo de la Doctrina cristiana, por el P. Gaspar Astete, respondiendo a la pregunta de «si es menester, siempre que uno cae en pecado mortal, confesarse luego para que se le perdone». |
118. | Bien sobre bien, bocado enmantecado mojado en la miel | |
119. | Bien sobre bien, bocado enmantecado mojado en la miel | |
120. | Bienaventurados los pobres de espíritu | P. cl. bienaventuradoDesde muy antiguo se da una falsa interpretación por el pueblo a esta sentencia evangélica, pretendiendo dar a entender con ella la suerte feliz que cabe a los simples, porque en semejante estado padecen menos. —Muy otro fue el sentido en que la empleó el Salvador del mundo, pues lo que se propuso significar con ella es la bienandanza que logra el hombre que no pone su corazón en los bienes terrenos y caducos, sino en los espirituales y eternos. |