Recomienda que nadie tenga confianza en la hacienda de otro, por rico que sea.

«Entiende en las aldeas do no hay más de un herrero, y todos le han menester, y van a su boda a ofrecerle». Tal es la explicación del Comendador Griego.

Porque lo que conviene es que el vino se conserve en ella, y no que se pique y se convierta en vinagre, que tiene menos valor que el vino.

Frase con que se nota algún desatino, como si a una persona aficionada a beber la fueran a estimular con manjares dulces en lugar de hacerlo con salados y picantes.

Refrán irónico contra los que añaden más trabajo a aquel que no puede con el que ya tiene.

Da a entender que así como se debe honrar a la buena esposa, debe castigarse a la que no lo es, evitando todo trato con ella, hasta los más íntimos del matrimonio, por la separación del lecho conyugal.

Manifiesta de cuan mala gana aprontan algunas personas el dinero para la adquisición de estos dos derechos.

Advierte que cuando el dolor de cabeza proviene de la debilidad en el estómago, se remedia fácilmente con el alimento.

El comercio de géneros de mero lujo sólo se encuentra en los sitios en que hay gente rica que los pueda pagar.

Dícese de aquellas habitaciones en que hay poco arreglo y limpieza, así como en las que sus moradores no se distinguen por lo bien avenidos.

Indica que los asuntos arduos no se consiguen a las primeras diligencias, sino a fuerza de trabajo y constancia.

Advierte que a los viejos acaudalados les muestran todos respeto por el interés que esperan lograr cuando mueran.

Enseña el miramiento y discreción que se deben guardar en las chanzas para que no degeneren en pesadas u ofensivas.

Hacer algo sin estruendo, sin bulla, con sigilo, etc.

Una mala acción aminora en ocasiones el mayor cariño.