La gracia está en comerse letras y juntar partes, por , y aludir al nombre cabra por la cercanía de las letras, y con él llamarle cornudo por cabrón, que parece va a decir . Como el otro marido de entremés, y paciente, que entraba quedito, para volverse si estaba ocupada la mujer; sintiendo la puerta y diciendo ella: ¿quién anda ahí?, respondió muy manso: yo só que abro, pronunciando yo soy cabro, por cabrón, marido de cabra.