Un enfermo dijo a su mujer: ―Álzame esta almohada, nuestra ama. Ella entendió que, en muriéndose él se casase, y respondió: ―¿Que me case? Que me place, el mi apiadado. Da a entender que lo tenía en pensamiento, y el deseo que algunas tienen de mudar marido y no estar viudas.