P. cl. carniceraModo de tildar de excesivamente glotón a un sujeto, o de que no tiene la fuerza de voluntad suficiente para refrenar sus apetitos desarreglados en cualquier otro concepto. — Cuéntase que la ración de carne que se pasaba diariamente a los monjes de Veruela (Aragón) era de 3 libras, y que al tratar el abad de disminuirla, para evitar tantas apoplejías como estaban ocurriendo en la Comunidad, se opuso ésta a tan acertada disposición, prorrumpiendo unánime en la exclamación susodicha, que no tardó en pasar a proverbio. —Dícese también al mismo propósito: ¡A perdiz por barba, y caiga el que caiga!
Véase: ¡A perdiz por barba, y caiga el que caiga!