página principal
Refranes contenidos en el Tesoro de la lengua castellana de Sebastián de Covarrubias, edición de Sabrina De Simone
A B C D E F G H I J L M N O P Q R S T U V Y
DA DE DI DO DU
DE DEC DEL DEN DES

De Ávila, los leales

P. cl. Ávila
Podrás ver al coronista Ayora que cuenta esta historia ad longum. Júntase a lo dicho en confirmación de la fidelidad de los avileses lo que escriben las corónicas que el rey don Alonso Noveno de Castilla fue traído a Ávila a criarse como a ciudad fuerte y de fidelidad, a causa de que por las competencias que en Castilla había entre los condes don Manrique de Lara y don Álvaro y don Nuño Manrique de Lara, sus hermanos, hijos del conde don Pedro Manrique de Lara, con don Gutierre Fernández de Castro y sus hijos, y los otros de su parcialidad y valía, sobre la crianza y tutela del dicho rey don Alonso que por muerte del rey don Sancho, su padre, había sucedido en el reino siendo de edad de dos años. Y estándose criando en Soria, entró en Castilla el rey don Fernando de León, su tío, con mano armada para se apoderar del sobrino diciendo a él, como a hermano de su padre, pertenecer la crianza y tutela, para cuyo efeto fue a la ciudad de Soria donde el niño rey se criaba. El cual, habiendo visto y tenido en su poder, mal contentos de esto los caballeros castellanos que a su cargo le tenían, por parecerles ser cosa peligrosa que el rey de León le criase por ser contra lo dispuesto por el rey don Sancho, su padre, como porque en la muerte del niño era inmediato sucesor en el reino de Castilla el de León, un caballero castellano de los de la ciudad de Soria, llamado don Pedro Núñez de Fuente Almejir, fingiendo ser hora de llevar el niño a su ama para que le diese leche y le acostase, pidió al rey don Fernando se le diese para el efeto. El rey, entendiendo ser esto ansí, dió el niño a aquel caballero, el cual no se descuidó de poner a recaudo su rey y señor natural. Y al punto aquella noche sin parar le llevó a San Esteban de Gormaz y de allí a Atienza y últimamente a la ciudad de Ávila, donde por los avileses fue amparado y criado de pocos más de dos años hasta que tuvo doce, por lo cual vino a decirse en estos reinos como por proverbio vulgar aquella común sentencia De Ávila, los leales, según Esteban de Garibay, lib. 12, cap. 12. Sedeño en el De varones ilustres, titulo 1, cap. 17, referidos por Antonio de Cianca en la Historia de San Segundo, lib. 1, cap. 3. El rey don Alonso el Onceno, llamado el de las Algeciras, fue recogido y amparado en la ciudad de Ávila por el obispo don Sancho Dávila y Fernán Blázquez de Ávila, su hermano, guardándole en el cimborrio de la santa iglesia que estaba a cargo del obispo y en el alcázar real que Fernán Blázquez tenía en tenencia, a causa de que por haber quedado niño el rey don Alonso menor de dos años cuando el rey don Fernando el Cuarto, su padre, falleció, había disensiones en Castilla sobre su crianza y tutela entre el infante don Pedro, su tío, y don Juan Núñez de Lara, porque los de la casa de Lara, como tan propincuos de la de Castilla y como tan poderosos en este reino, pretendían estas tutelas y crianzas de sus reyes hasta que aquello se sosegó.
< página principal Acerca de | Secciones | Top 10 | Licencia | Contacto | Acceso Licencia de Creative Commons
© 2008 Fernando Martínez de Carnero XHTML | CSS Powered by Glossword