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Refranes contenidos en el Tesoro de la lengua castellana de Sebastián de Covarrubias, edición de Sabrina De Simone
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RA RE RI RU
RUB RUI

Rubios cabellos y gracia en cantar, no hacen ajuar

P. cl. cabello
Hay un proverbio que dice: Rubios cabellos y gracia en cantar, no hacen ajuar; las mujeres que se casan por ser hermosas y graciosas, pasados los primeros días de contento, viven con angustia, con necesidad y pobreza, empero las ricas y las que no lo son, todas querrían ser rubias, o por naturaleza o por arte; y así usan de lejías fuertes, de donde les provienen enfermedades de cabeza, corrimientos a los dientes y muelas. Pero algunas por medio desto traen cabelleras postizas, como lo aconsejó Marcial, libro 14: Caustica Teutonicos accendit spuma capillos; / Captivis poteris cultior esse comis. Traían de Alemania a Roma cierta lejía fuerte con que enrubiar los cabellos; pero dice que con aprovecharse de las cabelleras que cortaban a los mismos alemanes vencidos y hechos siervos suyos, se podían adornar con menos peligro y más gala. De los cabellos que Absalón se cortaba de año a año se adornaban las ajenas cabezas, aprovechándose dellos las damas y comprándolos por mucho precio, 2 Regum, cap. 14: Et quando tondebat capillum (semel autem in anno tondebatur, quia gravabat eum caesaries) ponderabat capillos capitis sui ducentis siclis, etc. Tiene un juguete gracioso Marcial, excusando a cierta cortesana, que poniendo duda si los cabellos que traía eran postizos, por ser tan rubios y hermosos, afirmaba con muchos juramentos ser suyos, entendiéndolo en razón de que le habían costado sus dineros, lib. 6, epigramma 12, ad Paulum: Iurat capillos esse, quos emit, suos / Fabulla: numquid illa, Paule, peierat? Los que con la edad no pueden usar del cabello rubio, así hombres como mujeres, dan en otro extremo, que es teñirlos, cosa en todo tiempo y cerca de todas naciones reprobada, por ser una hipocresía muy sucia, y argüir poco seso y mucha liviandad; como lo notó un príncipe que pidiéndole por un memorial segunda vez, un hombre anciano cierto oficio o cargo, venía recién teñido, como la primera vez hubiese parecido en su presencia con sus venerandas canas, y reconociéndole le respondió: «Ya los días pasados me pidió lo mesmo vuestro padre, y respondí no había lugar». Marcial nota a estos tales mentirosos, lib. 5, in Lentinum, epigramma 90: Mentiris iuvenem tinctis, Lentine, capillis, / Tam subito corvus, qui modo cycnus eras. / Non omnes fallis, scit te Proserpina canum; / Personam capite detrahit illa tuo.
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