Palabras del negro con que se ufana de blancos dientes, y nota al blanco de peores y tocados de neguijón; dase más a entender que no hay nadie tan abatido que no tenga algo de qué honrarse, ni nadie tan feliz que no tenga algún aje y mota que le de pesadumbre, y más que no hay cosa tan vil que no tenga algún provecho, ni cosa tan buena que no tenga alguna falta.