Con que se moteja a los que pervertidos buscan la compañía de los buenos.

Academia igual, eso sí, que lo califica de frase proverbial. Con que se expresa que un mal suele hacer menos intenso otro.

Se echa mano de este refrán cuando equivocamos a una persona con otra.

Esto se explica: el primer feo, contrariado constantemente como está por la fealdad, no hace sino ver en el otro un recuerdo palpitante de su estado. Véase: «Dos que hieden... etc.».

Expresamos con este refrán que una cosa de secundaria importancia no trasforma el asunto del cual se trata.

Con que se moteja a los inadvertidos que, por imprevisión, suelen salir fallidos en alguna empresa. (echar bolas a la raya: Creemos que el juego aludido es la chueca).

Quijote y Academia igual. Denota que un ejemplar no constituye ni regla, ni verdad.

Academia dice: «La gotera cava la piedra». Explica de una manera muy persuasiva lo que puede la constancia en cualquiera empresa.

Expresa la bondad inmensa de las madres para con sus hijos.

Expresa cuán benéfico es el auxilio mu­tuo entre las personas. Véase: «Hoy por ti, mañana por mí».

Aconseja la previsión.

Corresponde exactamente a "Unos se llevan la fama y otros la lana"

Academia dice: «Unos tienen la fama y otros cardan la lana». Expresa que suelen atribuirse a veces a algunos los he­chos que otros ejecutaron.

Explica la facilidad con que vemos en los demás las tachas, por pequeñas que sean; al paso que no notamos las grandes que nos afectan a nosotros mismos.

Academia dice: «Voz del pueblo, voz del cielo». Aquí se expresa con este refrán la mucha veracidad que infunde un hecho que la mayoría estima como tal.

También se dice: «Pastelero a tus pasteles», y aún este último es más usado. Denota que cada cual debe dedicarse a su oficio. Academia igual.