Contra los interesados o nada espléndidos ni dadivosos.

Indica que el amor y los celos van siempre juntos, sobre todo cuando aquél es vehemente.

Indica que los grandes capitales hechos de repente, no pueden proceder del trabajo honrado, sino adquiridos por medios reprobables.

Da a entender que de ruines principios jamás se llegó a obtener resultado satisfactorio.

El beneficio o la buena obra que se practica, siempre son bien admitidos por el que los recibe, bajo cualquier concepto que se consideren.

Recomienda que no se moleste a nadie para que haga lo que nosotros podemos ejecutar, teniendo la ventaja de que queda más a gusto nuestro y no tener que agradecer nada.

Porque los ladrones huyen de él para evitar el ser cogidos.

El amor sincero y reconocido como tal por la persona amada, suele obtener correspondencia.

Variante con igual significado de: Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa. (Véase)

Especie de imprecación contra los flojos y perezosos que comienzan una obra y no la siguen hasta su conclusión.

Aforismo de los pesimistas, que en todas partes creen ver lo malo.

Excita a practicar las buenas obras, pues éstas, tarde o temprano, alcanzan su recompensa.