Contestación burlesca que se suele dar a los que preguntan una cosa intempestivamente o que no les importa nada.

Refrán satírico con que se nota la ruin y villana conducta de aquellos que sólo elogian a una persona en tanto que de ésta están recibiendo favores y beneficios, convirtiendo en dicterios sus anteriores aplausos en el momento en que nada esperan seguir alcanzando de ella.

Contestación burlesca que se suele dar a los que preguntan una cosa intempestivamente o que no les importa nada.

Frase con que se manifiesta a una persona la extrañeza de verla en algún lugar o reunión a que no acostumbra a asistir o a que hace tiempo que no concurría.

Contestación que se suele dar en Andalucía a una pregunta indiscreta o tonta que no se quiere contestar. — En otras ocasiones se contesta así cuando no hay novedad alguna que referir, por ser todas tan conocidas como la de que Cádiz sigue junto a su bahía.

Equivale a preguntar si estamos errados o no en lo que se ha dicho, hecho o pensado.

Aconseja que cuando se reprenda a alguno, especialmente a los domésticos, se haga sin escándalo ni ruido. — Es, en cierto modo, una variante de la frase de Napoleón: «La ropa sucia debe lavarse en casa».

Expresión baja y malsonante con que se denota el enfado o el desprecio con que se oye alguna cosa.

Dícese a aquellos que creyendo contar con una decantada protección, les resulta fallida.

Se usa cuando una cosa queda inútil por falta de los adherentes necesarios.

Expresión usada públicamente en son de rechifla contra alguna persona, y con especialidad por parte del pueblo en desacato de las disposiciones que intenta hacer cumplir algún individuo constituido en autoridad. Es locución de uso relativamente moderno en nuestra lengua.

Se dice de los que muestran en el semblante los sentimientos de su ánimo, especialmente los que no son la causa de ellos.

Dícese cuando se ve un grupo de párvulos, mayormente si éstos tienen destrozado el vestido, o si están pidiendo de comer.

Contra el que dice alguna necedad de presente, o tiene por costumbre decirlas.

Pónese de relieve la osadía de muchos ignorantes presumidos que se entremeten a juzgar asuntos en que son completamente legos. Un arquitecto que estaba presente le preguntó: «¿Usted sabe lo que es ángulo?» Y como el aludido, tras mucho pensar, no contestase, replicó el arquitecto: «Pues ángulo es... meterse uno a hablar de lo que no entiende».

Dejarle a uno que alborote hasta que se quede ronco.

Denota que, por lo general, cada uno suele hacer lo que le tiene cuenta, desentendiéndose de lo demás.

Modo de ponderar aquello de que se trata, como para decir que no cabe hacerse o suceder cosa superior en su línea, sea en buen o en mal sentido; v. gr.: Ensalzó las glorias del monarca, que hasta allí. Me dio un pisotón, que hasta allí. Es de uso familiar.