El Jueves Santo van muchos alunbrando la procesión, y los penitentes suelen salir de ella porque van muy llagados, o para andar más estaciones, y hacen señas al que les parece de los que alumbran, que los acompañen y alumbren y van por hacer aquella buena obra; pues ha sucedido en tales casos sacar la malicia el penitente a un enemigo y llevarle a parte segura, donde tomó venganza por sí mismo o con gente prevenida, y no ha mucho sucedió en Placencia tal caso. Y en mi lugar oí, siendo muchacho, sucedió que iba uno alumbrando a un penitente para una ermita fuera del lugar, y en una calleja angosta el penitente alzó las faldas al que alumbraba, que no sintió bien de ello, se adelantó y echó a correr por unas viñas y le dejó solo, y parece que de tal cuento como éste salió el refrán.