Ort. or. Perdiz ai ke gueva sólo ke al perdigón vea.
Aristóteles, Plinio y otros afirman esto; es encarecimiento de la fecundidad de algunas, como en las gallinas, que algunas ponen huevos sin estar galleadas. Decía uno que con la saliva que pusiese en la frente a sus amigas salían preñadas; más encarece, y encareció más, que Plinio y Aristóteles.