Este es dicho de Garay, tirano en las Indias; fueron a tratar con él medios de paz dos religiosos, y él dudaba si eran fingidos, y para saberlo convidólos a comer, y púsoles delante sus porcelanas, pareciéndole que si las tomaban a dos manos como los religiosos en su convento, no eran fingidos, y al beber, viendo a un fraile que tomaba la taza con las dos manos, dijo: , y porque si eran fingidos, tenía intención de colgarlos, como él lo declaró después, y quedó por refrán.