Hurtar, robar.

Píntase con este refrán lo necesario que es para lograr el cariño de una persona el tratarla con cariño, ser joven y no mal parecido.

La acepción directa está en el juego, pues cuando se pierde mucho se pone más atención a fin de evitarlo, y se aprende el juego más pronto; y tropológicamente expresa que los golpes o contrariedades de la vida nos enseñan a ser cautos y precavidos. También se suele decir: Perdiendo se aprende.

Porque, como dice otro refrán, El ejercicio hace maestro.

Perder lo más por obtener lo menos.

El amor en todas partes causa estragos, desde el más elevado palacio hasta la más humilde choza.

Pondera el tiránico poder que por distintos medios ejercen estas dos entidades, a cuyo omnímodo influjo no es dado a nadie el substraerse.

En toda faena u ocupación larga, ya material, ya intelectual, y aun espiritual, conviene tomar algún descanso de vez en cuando, a fin de poder proseguir con más ahínco o fervor el trabajo interrumpido.

Además del sentido recto, denota dicho refrán lo preferible que es el estar sin ocupación, a tenerla a la fuerza y con escasa retribución.

Compréndese fácilmente el sentido irónico de este refrán, pues ambas condiciones son las más a propósito para deshacerla.

Expresión irónica que denota un tiempo o plazo que no ha de llegar nunca. — Alude a que los griegos no tenían calendas.

El verdadero amigo es aquel a quien se encuentra cuando la necesidad nos obliga a buscarlo. Úsase frecuentemente en sentido irónico.

Da a entender que la mentira no puede ser justificada ni disculpada por nada.

Fórmula de juramento con que se asevera alguna cosa.

Por la prueba, demostración o ejemplo que se acaba de aducir respecto a determinada persona o cosa, se puede venir fácil y prontamente en conocimiento de lo que de una u otra se podrá esperar en lo sucesivo.

Recomienda la poca precipitación para embarcarse, como para aflojar la bolsa, dejando prudentemente que otros lo hagan antes.