Circunstancia imprevista o que ha quedado pendiente en algún asunto o negocio.

Tener caudal sobrado, especialmente después de haber hecho grandes dispendios, y voluntad de emplearlo, en caso de necesidad.

Perder la hacienda o medios con que se mantenía.

Estar en observación o acecho aguardando a que llegue el tiempo oportuno de conseguir lo que se pretende o desea. Es locución tomada de la Náutica.

Quedarse uno sin tener parte en lo que esperaba de algún reparto.

Quedarse uno sin lo que esperaba, o sin comprender alguna cosa.

Dícese de los que se quedan suspensos, embobados o admirados de cualquier cosa que ven u oyen.

Verse chasqueado o burlado.

Al cielo. — Perderlo todo; quedarse sin nada

Detenerse mucho en algún paraje. — Tardar en volver de un punto.

Dícese del que está embobado mirando, oyendo o esperando alguna cosa.

Morir instantáneamente, bien de manera violenta o naturalmente.

Emplear el último recurso en lances apurados. Aplícase más comúnmente en el sentido de irse agotando los elementos pecuniarios, sin esperanza de hallar medio para poder reponerlos.

Estudiar mucho; trabajar exageradamente estudiando, particularmente de noche.

Estimarle a uno solamente por la utilidad que pueda reportar.

Dícese de aquellas personas exageradas que pretenden hacer las cosas aún mejor que lo que se exige. — La palabra católico suele substituirse más comúnmente por papista