Si de ésta escapo y no me muero no quiero más bodas al cielo
Para éste cuentan una fabulilla: que la raposa rogó al águila que la llevase a unas bodas que se hacían en el cielo: tomóla el águila debajo de sus alas, y llegando cerca del cielo dejóla caer, y de la caída quedó tan estropeada y arrepentida que decía esto.