De pulgar, dedo, se dice purgada, o pulgarada, la medida de su ancho. Dice el refrán que la hacienda grande de un padre, que medía y labraba a yugadas, los hijos la menguan y miden a pulgaradas; que los hijos, pocos son tales como los padres. También pudo hacerse poca por ser dividida entre muchos; yugada es lo que un día labra una yunta, que también se llama huebra, mudado de obra, u ópera.