En algunas ocasiones el silencio es señal indirecta de aprobación o de tolerancia; pero no lo es siempre, pues la verdad es, como enseña otro refrán, que Quien calla no dice nada. — En sentido más restricto, el que enmudece ante las acusaciones que se le dirigen, da indicios claros de ser culpado en aquello que se le imputa.

En algunas ocasiones el silencio es señal indirecta de aprobación o de tolerancia; pero no lo es siempre, pues la verdad es, como enseña otro refrán, que Quien calla no dice nada. — En sentido más restricto, el que enmudece ante las acusaciones que se le dirigen, da indicios claros de ser culpado en aquello que se le imputa.

En algunas ocasiones el silencio es señal indirecta de aprobación o de tolerancia; pero no lo es siempre, pues la verdad es, como enseña otro refrán, que Quien calla no dice nada. — En sentido más restricto, el que enmudece ante las acusaciones que se le dirigen, da indicios claros de ser culpado en aquello que se le imputa.

Muchas veces no se dice cuanto se sabe o se quiere, por respeto, por prudencia o por conveniencia.

Recomienda tomar las adversidades con paciencia, poniendo a mal tiempo, buena cara.

Porque el sol levanta vapores que suelen obscurecerlo, así como los celos obscurecen el amor con las sospechas.

Da a entender lo poco que debe fiarse en las promesas femeninas. Alude al cuento de aquel viajero que, parándose a mirar la obra del Escorial, empezó a ponerle tachas, diciendo que tenía un ángulo muy defectuoso.

Enseña lo nocivo que es para la salud beber agua tras aquel pescado.

Indica lo nocivo que es dicho alimento en la época citada.

Aconseja que las conveniencias y provechos se han de gozar con sus cargas y penalidades.

El que confía en un amigo falso, tarde o temprano sufrirá el desengaño.

Advierte que el que no jura de corazón una cosa, fácilmente prepara el desmentirse de ella.

Advierte a los que se atribuyen prendas o cosas que no son suyas, el peligro que corren de verse despojados de ellas cuando menos lo esperan.

Refrán muy usado en tiempos de don Juan II y Enrique IV, con el cual se aludía a la gran importancia de estas dos poblaciones, a causa de su situación estratégica, y a la que debieron sus poseedores la influencia que ejercieron en las contiendas civiles de aquella época.

En el primer caso se arrima, por lo que le puedan dar; en el segundo se le arriman, por lo que puede dar.

Como dicen que el amor es ciego, mientras más desengaños se sufren, menos se ven, es decir, más se quiere y más se engaña uno a sí mismo.

Como dicen que el amor es ciego, mientras más desengaños se sufren, menos se ven, es decir, más se quiere y más se engaña uno a sí mismo.

Piensa que adelanta, pero rodea

Enseña que la amistad verdadera no debe tener fin jamás.