Términos seleccionados: 9 | | Página 1 de 1 | | | | 1. | ¡Oh, falso amor, pocas veces das placer y muchas dolor! | | 2. | ¡Oh, pecador de mi! | | 3. | ¡Oh qué gran mal, torcer cabecitas y echar en costal! | Un cura crió un bordillo, y enseñólo a hablar, y andaba suelto y doméstico, y se salía al campo con otros tordos al celo. Una vez vio que un cazador cogió una redada de pájaros y tordos, y torcía las cabezas y echábalos en un costal, y desde donde estaba lejos, decía: ¡Oh qué gran mal, torcer cabecitas y echar en costal! Miró el cazador, y no viendo más de al tordo preguntóle: ¿Tú quién eres? Dijo: Yo soy el tordo del cura Pacheco. ¿Pues a qué veniste por acá? Este negro amor me trajo, que a todos inquieta. Tales razones le tenía enseñadas el amo. | 4. | ¡Oh qué linda es la alameda! Quién tuviera la siesta en ella! | | 5. | ¡Oh qué lindico! Mas, oh qué lindoque! | Fórmase lindoque, por gracia. | 6. | ¡Oh qué lindo pie de guindo! | Lo primero es ironía, y añaden lo segundo por consonante. | 7. | ¡Oh qué risa habría en la boda, si no fuera tuerta la novia! | | 8. | ¡Oh qué trabajo es hilar / esta negra de la estopa, / que pone negra la boca, / que no se puede hablar! | | 9. | ¡Oh señor, y tú lo ves en cuál casa hay más dinero! | | |