Morir por causa de haberse dejado llevar impetuosamente de la ira. —Resulta este símil de que siendo de suyo aficionada esta avecilla a la libertad e independencia, se enfurece cuando la enjaulan, hasta el punto de darse de calabazadas contra los hierros que la aprisionan.

Morir siendo víctima del cumplimiento de su deber.

Causar o agravar una lesión o enfermedad, ya por impericia, ya por descuido

Dícese de la casa, corporación, etc., donde todos mandan menos el principal.

Muchas veces la repetición de actos insignificantes suele ser causa de materia grave, tanto en el buen sentido como en el malo

Pondera los gastos del mantenimiento de una casa sobre los de los viajes. No en balde se dijo por algunos que los gastos de una casa se parecen a las penas del infierno, porque nunca se les ve el fin.

Dícese contra los que quieren atender al desempeño de muchas cosas a un mismo tiempo, que es el modo de no hacer bien ninguna.

Denota la eficacia que tienen las oraciones o ruegos repetidos o aunados para alcanzar lo que se pide.

Conviene estar bien con todo el mundo; pero no fiarse de todo aquel que se vende por amigo.

Denota que la pérdida del pelo, cuando no es por edad o enfermedad, acusa en la persona el exceso de estudio, y por tanto la sabiduría, lo que no ocurre con los ignorantes o burros, que encanecen con los años, pero no por la ciencia. — Como la frase Ningún burro se queda calvo, la presente es festiva y sólo se debe usar en la intimidad.

A veces se ponen distintos medios para lograr el fin que se desea.

Forma erudita que tiene por correspondencia vulgar: Tanto quiso el diablo a su hijo, que Je quebró un ojo.

Salir desterrado o fugarse.

Variar de lenguaje, de modo de ser o de conducta.

Variar de lenguaje, de modo de ser o de conducta.

Cambiar la fortuna; faltar el favor o la protección de que se gozaba.

Variar de dictamen u opinión con facilidad o ligero motivo; ser extremadamente voluble.