Estar una cosa a punto; como se deseaba; de una manera excelente. — No haber más que pedir.

Advierte cómo los pocos años suelen hacer atrevidos e insolentes a algunos hombres.

Frase que indica que deben dejarse los cumplimientos y frivolidades, marchando derecho al grano.

Encomia lo caro que cuesta el pretender constituir un domicilio creando una familia en virtud del sacramento del matrimonio.

No se debe hacer penar a aquel a quien se ha de acabar por darle gusto.

Como el guardar un secreto no es virtud de todos, debe desconfiarse de aquellos que saben nuestras faltas, pues pueden descubrirlas, pensada o impensadamente.

Para aquel que está aclimatado, por decirlo así, con el infortunio, en fuerza de la costumbre, no hay desdicha o contrariedad, por grande que sea, que le cause mella.

Para aquel que está aclimatado, por decirlo así, con el infortunio, en fuerza de la costumbre, no hay desdicha o contrariedad, por grande que sea, que le cause mella.

Se dice de aquella persona que se ve obligada, o a quien se quiere obligar a hacer una cosa que le repugna sobremanera.

Se dice de aquella persona que se ve obligada, o a quien se quiere obligar a hacer una cosa que le repugna sobremanera.

Recomienda que seamos agradecidos a los que nos hacen algún beneficio.

A aquel que te diere un palo, un puntapié, etc., respóndele tú con cantidad doble. No es muy evangélico, pero es muy positivo.

Enseña que es conveniente adelantarse a aquel que nos quiere hacer algún daño, haciéndoselo primero. No es un consejo muy evangélico, ciertamente, pero es muy humano.

Da a entender que para que el gallo esté sabroso debe guisarse con arroz y ajo.

Refrán tomado del título de una comedia calderoniana, en que el autor pretende que las ofensas que se reciben sin publicidad deben ser castigadas en la misma forma.

Advierte lo poco que debemos fiarnos de las efusiones de cierta clase de amigos.

Con exceso, a porfía, con empeño, con demasía, obstinadamente.