Para decir graciosas razones, buscan los hombres consonantes y comparaciones.

Cuando alguno de los culpados es castigado, los compañeros deben temer su daño.

El placer o fiesta celebrada, con contienda da mala estrena.

Porque la naturaleza pone término a las enfermedades, pero no la memoria a las injurias.

Lo que se pierde por fuerza o por tiranía, pocas veces o nunca se cobra.

Del malinclinado o necesitado, cierta es la venganza, ca presto es asido en su mesmo lazo.

Al labrador, ningún tiempo le falta ocupación.

La memoria de los pasatiempos es aplacible a quien no los puede gozar por obra como desea.

Cuando con emendar su vida no son creídos, los hombres tórnanse como de primero y aún peores.

Cuando interés se atraviesa, no se debe confiar el negocio en juramento de quien pretende la cosa, si no es persona virtuosa.

Quien supiese lo que le ha de venir, proveerse ya con tiempo y así no padecería mengua.

No hay mayor falta en el mundo que de sano y entero juicio para saber vivir. Si esta falta se sintiese, no se podría disimular ni callar.

Quien quiere pasatiempos viciosos aparéjese a paciencia porque son costosos.

Las traiciones o hurtos que hacen los cautelosos son disimulados y echados al palacio cuando son vistos, y cuando no, callan su ruindad y ejecútanla por obra.

La vista alcanza más de las cosas que la imaginación de ellas.

Las adversidades y tribulaciones hacen que las oraciones se hagan con atención y devoción.

Aunque lo accidental se pueda disimular, pero no lo que es natural a la persona.

Cuando la obra del que finge o defiende ser buena su intención es tal, es convertido tractar ruindad.

Los que poco aman, presto olvidan sus conocidos, especialmente cuando ha subido a mayor estado.

Cuando los principios son buenos, pronóstico es que los medios y fines serán tales.