Barranco es en Madrid el barrio de las mujeres enamoradas, y de noche no se cierran sus puertas; dicen tranco por tranca, por hacer consonancia.

En Navarra, en aquel barrio que es de San Miguel, y tomó ese otro nombre del Cucharón, porque un muchacho fue dando voces a la Iglesia: ¡Madre, madre, que se quema el Cucharón, y causó mucha risa a todos; hay buenas bodegas de vinos escogidos. El salmón fue apodo dicho por cuatro hombres valerosos en personas y hacienda, gruesos y muy ricos, que había en aquel barrio.

Cuando echamos de ver algo en el semblante de alguno y lo decimos: ­Preguntan en qué lo echáis de ver: respondemos en lo blanco de los ojos: dando a entender que fue fácil entender y advertir lo que había.

Porque en medio hay bancos de peñas y poca hondura para los navíos. Trafalgar es entre Tarifa y Cáliz, o Cádiz.

Mal comer.

O al trocado: En enero, la vieja se hiela en el lecho y el agua en el puchero.

Por estar en aflicción.

Dícese cuando se come la hacienda y lo que era para otros fines. Sucedió que en Almedina, villa del campo de Montiel, se repartía trigo para sembrar, y se escribía en qué pago y hazas. Fué a pedir seis fanegas un pobre hombre, y preguntado dónde las había de sembrar, dijo que en el gollizno. El gollizno es un estrecho de un arroyo que hallan, o hacen, unas peñas y pasa el agua como por gollete o gaznate; de donde toma nombre todo aquel término de tierras de sembrar. El hombre se comió el pan de su casa, y al agosto, demandándole el trigo, como no lo tuviese ni hubiese sembrado, hiciéronle cargo del engaño; él respondió: Bien claro que lo dije que en el gollizno lo había de sembrar, señalando su garganta; celebróse el descargo, y quedó por proverbio en el gollizno; a este mismo dicen que sucedió lo del otro refrán: Berenjenas a Almagro.

Que una cosa es muy pública.

Que a lo hecho se mire, no lo por hacer.