Denota lo voluble e incierto de estas tres cosas.

Enseña la reciprocidad existente entre el beneficio recibido y su correspondencia. Empléase muchas veces en sentido irónico.

Se dice de aquellos que demuestran su cariño haciendo un mal, a semejanza del burro.

Expresa la poca duración y consistencia de esta clase de amores.

Manifiesta la poca duración que suele tener el cariño de los niños, comparándolo con la insubsistencia del agua que se vertiera en un cesto.

Indica que sólo el amor de los padres es seguro, verdadero y desinteresado.

Enseña que la clase de personas citadas, aunque parezca que conceden un favor, no lo hacen más que por el interés.

Advierte las malas consecuencias que arrastra consigo tal clase de amor.

Muchas veces, la persona que es muy amada de uno, suele amar a otro que no le corresponde.

Enseña que el amor es ambicioso, puesto que mientras más se posee, más se desea conseguir.

Enseña cómo el amor es tan caprichoso e impetuoso por naturaleza, que con tal de satisfacer sus aspiraciones, no repara en la diferencia de esferas sociales ni en faltar a la debida fidelidad, atropellando por todo género de consideraciones.

Da a entender que el amor ciega de tal manera, que no permite ver los defectos o faltas del ser amado.

Trompero significa veleidoso, voluble, voltario, como sucede con el trompo al dar vueltas; y no engañoso, cual creen algunos, como si se tratara de derivarlo del francés trompeur. —Censura la facilidad con que algunos se enamoran de cuantas mujeres ven.

Indica que ninguna de ambas cosas agrada repartirlas al que las posee, pues las quiere para sí solo.

Demuestra que las mujeres poco agraciadas, cuando se enamoran, son mucho más exigentes que las hermosas, quizá por el miedo que tienen de no verse verdaderamente correspondidas.

Demuestra que las mujeres poco agraciadas, cuando se enamoran, son mucho más exigentes que las hermosas, quizá por el miedo que tienen de no verse verdaderamente correspondidas.