Advierte que así como se ayuda a la bestia lerda con el estímulo, así se ha de ayudar con el vino al manjar seco o de calidad indigesta.

Reprende a aquellos que tienen la costumbre de entremeterse en todas partes.

Reprende a aquellos que tienen la costumbre de entremeterse en todas partes.

Da a entender que al que está rendido por excesivo trabajo, no se le debe encomendar otro mayor.

La hacienda que sin trabajo y afán se adquirió, va, por lo común, a parar a manos de quien en breve tiempo la disipa y consume.

Denota la utilidad casi cierta que rinden estos dos oficios, tanto en los años abundantes como en los escasos.

Da a entender estarle a uno bien empleado el mal que padece, por haberse entregado sin rienda a la satisfacción de algún apetito o capricho

Da a entender estarle a uno bien empleado el mal que padece, por haberse entregado sin rienda a la satisfacción de algún apetito o capricho

Se aplica a la persona lerda o perezosa, que por mucho que la estimulen, nunca sale de su paso.

Dícese contra los que quieren dar consejos y advertencias a los experimentados.

Satiriza a las personas que, siendo ya de cierta edad, quieren presumir de jóvenes en su atavío personal, generalmente con poco gusto, o por lo menos con el gusto impropio de sus años.

El cambio de morada en las personas ancianas suele producirles tal impresión, que les cuesta la vida.

Aconseja dar a los viejos alimentos substanciosos.

Porque no conociendo el jinete el modo de andar del caballo, le castiga más que si fuera suyo.

Enseña a corregir y moderar las malas inclinaciones.