Los medios deben ser proporcionados a los fines.

Indica que la cabalgadura que no está domada necesita que el que la monte sea hábil jinete.

Advierte que aquello que nada cuesta, puede admitirse sin reparo ni inconveniente alguno, aun cuando tenga algún defecto o tacha.

Empacarse es un americanismo que se aplica a toda caballería harona, reacia o repropia, esto es, que se resiste a andar. — Traslaticiamente se dice igualmente de las personas haraganas o remolonas, por lo que el refrán se aplica también, y aún más frecuentemente, a esta clase de individuos, cuya casta abunda más de lo que fuera de desear.

Significa que la persona que goza de gran prestigio por su posición, disfruta de toda clase de comodidades.

Enseña cómo el alimento que se ha de dar a las personas de edad debe ser poco, pero substancioso.

Contra los que, en vez de manifestarse agradecidos al favor que se les ha dispensado, se muestran descontentos.

Para conseguir algo hay siempre que vencer dificultades.

Es decir, hacer algo que no se le ocurre a persona bienintencionada.

Porque es en las que se pone menos cuidado, por ser de poco lucimiento.

Dícese de aquellas cosas que se realizan con publicidad y haciendo alarde de ello, como sucede con la limosna, los favores o beneficios realizados, honores concedidos, etc.

Dícese de aquellas cosas que se realizan con publicidad y haciendo alarde de ello, como sucede con la limosna, los favores o beneficios realizados, honores concedidos, etc.

Critica la costumbre viciosa que tienen los naturales de esa villa extremeña de pronunciar demasiado guturalmente las vocales, a modo de ladridos.

Demuestra que mal puede ser guardado un paraje en que por sus condiciones especiales se niega a toda defensa, como sucede con el campo, que nadie puede cercarlo.

Dejar el camino y atravesar el campo para llegar más pronto o más disimuladamente al punto que se desea.

Demuestra el respeto y consideración que se debe tener a las personas de edad.

Enseña que sin un cabal conocimiento y luz de las cosas no es posible acertar con ellas

Refrán de uso corriente entre los jugadores de billar, para significar que la carambola que ha salido fallida suele ser causa de que gane la jugada inmediata el contrario.