El descuido de guardar la honestidad en publico es de deshonestidad.

El amor conyugal muda la naturaleza.

Ninguno desespere por penas que padezca, que tras los trabajos da Dios descanso.

Donde hay flaqueza, ninguna confianza se debe tener.

El goloso y codicioso, ningún temor le refrena su apetito feo y deshonesto.

Faltando los testigos, ligeramente dicen falsedades.

Del escaso, cualquier dádiva es de recibir.

Más vale poco, si es cierto, que mucho cuando esta dudoso.

Lo mal ganado, todo se pierde y con ello su dueño.

Adquirir y granjear hacienda sustenta la vida humana.

Cuando han sido negligentes, los simples ponen achaques a las cosas.

Los pusilánimes descargan su enojo en los pequeños que no lo merecieron.

No todo lo que se debe o promete se cobra siempre.

De viles personas, viles obras se deben esperar.

Quien se aparta de las virtudes, desmedra mucho en su valer.

Prevenir los peligros, hace a los pequeños victoriosos.

La hacienda mal ganada, así ya su poseedor infama.

Dificultosa cosa es medir las obras con las palabras.

El que recibe dádiva que le cuesta mucho, tanto es como si comprase y siempre queda obligado.

Al que poco costo la hacienda, no le duele gastarla por su defensa.